Pobres barrios ricos

Pobres barrios ricos

O la manipulación de la realidad madrileña

Si el resultado del estudio de vulnerabilidad territorial en la ciudad de Madrid, realizado por Accenture, revela que los distritos y barrios con más nivel de renta y mayor calidad de vida  tienen más riesgos y fragilidad que los barrios que concentran el empobrecimiento social podría parecer una fake new, pero no pasa de ser una desfachatez pagada con dinero público (181.000€) a una consultora.

Lo que parece estar en juego es la disputa de la vulnerabilidad como mecanismo de redistribución de fondos presupuestarios para invertir allí donde más se necesita con el objetivo de reducir la desigualdad que fractura la cohesión socioterritorial madrileña.  El programa IGUALA, críptico, de incomprensible metodología es el instrumento, a medida de la corporación municipal, de salvaguardar los espacios más `privilegiados frente a los empobrecidos sustrayendo a estos recursos que reduzcan el desequilibrio social. El nuevo índice de vulnerabilidad territorial realizado desde el Área de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación compondría una involución que no solo no corrija, sino que garantice y refuerce el (des)orden del desequilibrio 

Entre jerga big data, algoritmo mediante  e inteligencia artificial se pretende revestir de cientifismo la decisión política que expresa la apuesta de la asocial alianza PP-Ciudadanos, tutelada por Vox que gobierna Madrid de  la peor forma que se recuerda en la ciudad. Mantras de indiscutibilidad técnica, soporte de una decisión previamente  tomada. La desposesión de lo público destinado a su apropiación por los más solventes se adivina en el horizonte. La inversión inversa para dejar de atender las necesidades y no garantizar los derechos sociales de los ciudadanos para los que están contemplados muestra que la derecha concibe lo público como un botín que repartir entre los más acomodados, los próximos, la clientela, evitando beneficiar a la mayoría social. Por ello se pervierte el ranking del desamparo incorporando a los más pudientes. Manipular datos  a medida de la derecha más rancia y desigualitaria. Por eso se hace un mix de indicadores socioeconómicos y competencias municipales ya que  se dice se trabajaba con indicadores estáticos que evidenciaban que, pese a la inversión en los territorios desfavorecidos no hay evolución, ya que sus causas no son de competencia municipal. Lo que evidencia que aplicar soluciones remédiales a problemas sistémicos, estructurales en la ciudad no resuelve, todo lo más es un paliativo que no disminuye la desigualdad. Ahí los big gazapos: la segregación espacial si es una competencia municipal, una cuestión eminentemente urbana, muy funcional económicamente y de graves consecuencias en forma de brecha social. Y  asignar la misma ponderación a la  exclusividad y a la exclusión es profundizar en el ideario de la injusticia de la desigualdad territorial manteniendo como irremediable la barrera entre la ciudad de los ricos y de los  pobres.

La distorsión se produce por una elaboración de datos inquietantes, una información que falsea los acontecimientos. El big data, la minería de datos descubre las correlaciones, pero tal como decía Hegel, éstas representan la forma más primitiva del saber porque indican probabilidad, no necesidad, mientras la causalidad si establece una necesidad y una causa. La tan sobrevalorada inteligencia artificial, muestra en este caso, tanto la falta de la misma como la prevalencia de la artificiosidad, que permite elegir, únicamente, entre opciones dadas de antemano

Comparar subempleo, paro, precariedad, falta de cualificación, inmigrantes, abandono escolar, brecha digital y tecnológica, menor esperanza de vida o deterioro ambiental con las deficiencias de zonas verdes en barrios situados frente al Parque del Retiro o las molestias provocadas por establecimientos de ocio exclusivos y prestigiosos no tiene equivalencia de valor, es una desvergüenza.

En Madrid, según Urban Audit entre 18-54 años las unidades de consumo por debajo de los 10.000€ alcanzan el 21,2%, en Retiro el porcentaje es de 10,3% el más bajo de la ciudad frente a Latina 25,5%, Carabanchel 30,8%, Usera 36,3%, Puente de Vallecas 33,9% y Villaverde 33,4%. Y cuantifica el riesgo de exclusión y de estar por debajo del umbral de la pobreza de una parte nada despreciable de ciudadanos madrileños. Pero pese a la introducción de factores distorsionantes las cifras se ordenan de forma implacable: 1. San Cristóbal, 2.  San Diego, 3. Entrevías, 4. Portazgo, 6 Pradolongo. 9. Villaverde Alto, 10. Orcasur, 11. Almendrales, 12. Zofio, 14. Moscardó, 19. Amposta, 26. Comillas. Es decir, Villaverde, Usera, Puente de Vallecas, Carabanchel, San Blas.

El 20% de la población con rentas más altas supera 7,4 veces la renta del 20% de población con  menos ingresos. Si aparecen en el nuevo índice de vulnerabilidad los barrios de Ibiza (Retiro) y El Viso (Chamartín) como muy desfavorecidos los datos no son ni fiables, ni rigurosos ni comparables. 

 Y aún queda, según se anuncia, activar un nuevo contrato denominado de creatividad del proyecto con la misma empresa. La exclusividad también quiere adueñarse de la parte destinada a los excluidos porque el alcalde Martínez y su lugarteniente, Villacís, si son de los suyos, y están al servicio de los poderosos.

Madrid, 26 abril 2022

 

Plataforma Nave Boetticher.

Índice Vulnerabilidad siguiendo la metodología Análisis Jerárquico (AHP). 2017 
Índice de Vulnerabilidad Territorial Agregado (IVTA). 2022

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