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El sábado 30 de noviembre una vez más se abría, desde la acción ciudadana, la Nave Boetticher al debate sobre el Sur y las estrategias de intervención para la transformación de este territorio madrileño.
En estas IIIªs jornadas sobre las Estrategias de Regeneración del SUR han participado cerca de un centenar de personas: activistas, miembros de diversas organizaciones vecinales, de Ecologistas en Acción, funcionarios, académicos y profesionales con vinculación con el SUR. Una gran asistencia y ambiente que respondía a algo más de que a la implicación, el esfuerzo, el ánimo o la participación: El ardor del SUR
Las jornadas se iniciaron con una presentación que daba cuenta de los objetivos que se planteó la Plataforma en su primera reunión y la trayectoria y actuaciones desarrolladas desde entonces.
Tras esta presentación los asistentes se distribuyeron en tres talleres de trabajo para ampliar la información sobre el camino emprendido y analizar y proponer acciones para su desarrollo.
La Nave Boetticher, el espacio donde se organizaron las jornadas, concentra tres atributos: ser la memoria del pasado industrial del sur motor de la industrialización madrileña, el símbolo de la resistencia vecinal a su demolición, entendiéndola como parte del imaginario colectivo del distrito de Villaverde y, por extensión, del sur madrileño y hoy, remodelada en un edificio singular, un recurso público de primer orden para desplegar alternativas de revitalización y regeneración socio-territorial. Un equipamiento para diseñar otro futuro.
Los objetivos de cambio pasan por articular ámbitos para actuar contra el desequilibrio socioterritorial que padece el sur desde hace décadas. El enfoque con que se aborda quiere darse una perspectiva de más largo alcance en su actuación, no basta con paliar los muchos déficits que siempre han arrastrado los distritos de Villaverde o Usera, el Sur en su conjunto y su condición de periferia al servicio de la ciudad. Carencias y desigualdad.
Afrontamos ahora, muchos años después de la desindustrialización que hundió estos barrios, la rehabilitación socio-económica y el final de esa travesía del desierto que ha sido el desmantelamiento de un territorio sin otra función en la ciudad que la de espacio de reserva para funciones no deseadas, excluido de los procesos de transformación de la economía y el mercado de trabajo, desde que Madrid prescindió del modelo productivo de la gran fábrica concentrada. No hubo entonces alternativas para este territorio decisivo en el crecimiento madrileño. Sigue sin haberlas en materia de empleo, de formación, de condiciones dignas de vida, de igualdad. Territorio residual para mano de obra excedente.
Por eso nuestro trabajo comienza cambiando la perspectiva: los problemas del sur no son remediales, no se trata solo de paliar deficiencias. Nuestros problemas tienen un carácter sistémico, es decir, son de orden estructural y están en relación con la integración de la periferia en la ciudad de Madrid, que ha de asumir su entorno, generar continuidad territorial e integrar su propio metabolismo, el aparato digestor urbano, como todo organismo vivo y la ciudad es un organismo completamente vivo.
El SUR no puede seguir siendo un territorio de reserva al que trasladar las molestias, se trata de reconstruir la ciudad con criterios de justicia e igualdad de oportunidades y redistribución de ventajas.
Tres son los aspectos que hemos desarrollado a lo largo de este tiempo de trabajo, inscritos en una más amplia Estrategia del Sur madrileño. La Formación, la Regeneración del polígono industrial de Villaverde y la Recualificación ambiental a través del Río Manzanares, un ecosistema fluvial y un eje articulador con el área metropolitana. Enfocamos el sur como un área de oportunidad, con recursos, capacidad y amplia disponibilidad humana y social.
Talleres: Formación, industria, río Manzanares
La Formación se afronta desde diferentes programas que plantean reducir la brecha digital y tecnológica en el sur. Sin educación no hay futuro, y además debe actuar contra la brecha de género que incrementa la desigualdad de las mujeres. Tanto el programa de Technochicas, como el de Abuelas y Madres tecnológicas, tienen como objetivo la inclusión, el aprendizaje y el manejo de habilidades de mayor capacitación. Junto a ellos estaría el programa de trabajo en Centros de Formación Profesional y en el conjunto de centros educativos: Tecnología con valores.
La Regeneración del polígono industrial. Dentro de una más amplia reflexión sobre la revitalización productiva de Usera-Villaverde y por extensión del SUR, el polígono industrial de Villaverde constituye un recurso fundamental. Pese a los múltiples problemas que ha venido sorteando desde la deslocalización, el desorden urbanístico, los vertederos, y los factores de riesgo, este resulta ser un espacio productivo con un cierto dinamismo, con cerca de 1.200 empresas y más de 11.000 trabajadores. Pero la ausencia de política industrial, su localización y cercanía al centro urbano lo han convertido en el objetivo de las plataformas logísticas, una amenaza de competencia negativa por el uso del suelo que arrastran unas instalaciones parásitas que consumen mucho suelo y generan congestión. Nos pone al servicio de la urbe, otra vez, convirtiéndonos en espacio de almacenamiento.
Hay que ordenar este espacio, poniéndolo al servicio de la transformación del tejido productivo que se demanda, hay que conectarlo con Villaverde, y vincular su recuperación a la formación de calidad, como recurso para la implantación de actividades avanzadas. La iniciativa pública tiene que impulsar nuevas actuaciones restauradoras del empleo de calidad. La Nave Boetticher y el polígono son un binomio inseparable.
El Río Manzanares lo entendemos como un ecosistema fluvial que es una oportunidad. Recuperar el río es apostar por la recuperación ambiental del SUR y su recualificación. Su curso articula Usera-Villaverde con los distritos cercanos (Vallecas) y el área metropolitana (Getafe, los cantiles de Rivas y el Parque Regional del Sureste) Una espina dorsal que es un territorio a restaurar y conciliar con su ciudadanía. Desarrollar sus potencialidades como medio ambiente urbano.
Nuestro trabajo busca transformar las expectativas. El Río, la Nave, el Taller. Aspectos sociales, económicos y ambientales, de igualdad, de género. Objetivos de desarrollo sostenible para un nuevo horizonte.
El objetivo del trabajo en la Nave Boetticher se orienta a no quedarse fuera de los distritos de la ciudad generadores de valor. A recuperar su capacidad de generación de empleo. A ser el lugar de una actividad nueva en el ámbito de la que fue destruida. En los tiempos del sur como motor de crecimiento este espacio de grandes fábricas concentraba el 39% de los trabajadores industriales de Madrid, un 80% de ellos del sector metalúrgico. Tras el desmantelamiento industrial, la aportación del distrito a la creación de valor en el municipio ha disminuido hasta el 2%.
Es en estos proyectos que hoy promueve y activa la Plataforma Nave Boetticher, en la participación de los vecinos del sur, en la creación de un referente de nuevas iniciativas y con la presencia de las entidades que se han dado cita aquí para trabajar, en los expertos, los profesores de universidad, ese conglomerado de voluntades y compromisos para intervenir, donde la Nave reafirma su vocación social como elemento público que constituye un activo para el cambio en forma de reducción de la desigualdad y un patrimonio común para los barrios y distritos del Sur.